En un contexto de alza significativa de los precios, con incrementos entre el 40% y 60% en productos como la carne, arroz y harina, el gobierno y la Central Obrera Boliviana han determinado un incremento salarial del 10% para el salario mínimo nacional.
La situación económica en Bolivia se ha deteriorado drásticamente, con un dólar paralelo que alcanza los 14 bolivianos, lo que refleja la crisis económica bajo la gestión de Luis Arce.
Esta crisis económica, una de las peores en más de 40 años, ha generado una profunda incertidumbre y descontento generalizado. La escasez de combustible, que ha afectado a distintas regiones del país, ha obligado a los ciudadanos a hacer largas filas en las estaciones de servicio, llegando a esperar hasta 12 horas sin certeza de que el combustible llegue a tiempo.
Además, la inflación ha alcanzado niveles históricos, con un 15,8% proyectado para 2025 según el Fondo Monetario Internacional, más del doble de lo esperado por el gobierno. Esto ha empeorado la calidad de vida de las personas, especialmente en lo que respecta a los productos básicos de consumo diario.