La pregunta que surge es si el aumento salarial es una excusa empresarial para no pagar más a sus trabajadores o una necesidad laboral que permita una distribución de la riqueza; un mayor movimiento económico, más justo y equitativo en Bolivia.
La reciente decisión del gobierno boliviano de aumentar el salario básico y el salario mínimo nacional ha generado preocupación entre los empresarios del país, quienes temen las consecuencias económicas y laborales que puedan surgir como resultado.
Desde los sindicatos y la Central Obrera Boliviana (COB) se ha destacado la necesidad de un aumento salarial justo para los trabajadores, especialmente en un momento en el que la economía del país atraviesa por una situación compleja y de incertidumbre.
A pesar de ello, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) ha anunciado que acatará la medida. Sin embargo, han expresado su preocupación por el aumento salarial y han pedido al gobierno que utilice los espacios de diálogo para revertir la «precarización del empleo; la pérdida de fuentes de trabajo y la presión sobre el sector privado».
La CEPB también ha advertido que los incrementos anunciados no solo afectarán al sector empresarial y productivo formal, sino que dificultarán la sostenibilidad de los empleos actuales e impedirán nuevas contrataciones, aumentando el ya significativo porcentaje de bolivianos que se ven obligados a trabajar en la informalidad.