La historia del café en Venezuela se remonta a 1730, cuando los misioneros capuchinos trajeron las semillas desde Brasil. A lo largo de los siglos, el café se extendió por todo el territorio, contribuyendo significativamente a la economía y el desarrollo de centros urbanos y infraestructura.
Actualmente, la variedad Monte Claro es una de las estrellas del renacimiento de la industria cafetera venezolana. Originaria de laboratorios portugueses que combinarón la variedad Villa Sarchi con el híbrido Timor resistente a la roya, Monte Claro se ha adaptado perfectamente al terroir venezolano.
Esta variedad se destaca por su alta productividad, resistencia a enfermedades como la roya y nematodos, y un perfil de sabor complejo que incluye notas florales y frutales. Productores como Víctor Montilla han comenzado a exportar Monte Claro a países como Colombia, Panamá y España, logrando precios significativamente más altos que las variedades tradicionales.