
La crisis de liquidez golpea con fuerza al sistema financiero boliviano. Los bancos advierten que la falta de dinero en efectivo puede paralizar los nuevos créditos justo cuando la economía más lo necesita, mientras el gobierno minimiza el problema y la Asamblea Legislativa debate leyes que agravan la situación.
La banca privada teme que la Ley de diferimiento de créditos hunda aún más la liquidez, impidiendo recuperar préstamos y frenando la actividad económica en el último trimestre del año. La escasez de dólares y la caída de depósitos reflejan un sistema al borde del colapso.
A pesar de los informes oficiales que muestran supuestas utilidades crecientes y una mora baja, la realidad es que la crisis cambiaria y la falta de medidas efectivas del gobierno están dejando a los bolivianos sin acceso a financiamiento ni estabilidad.