En la vigilia frente a la FELCC por el secuestro de los dirigentes sociales Humberto Claros y Ramiro Cucho, Evaliz Morales denunció ante la prensa lo que considera un «secuestro» por parte del gobierno de Luis Arce Catacora, describiendo las recientes detenciones de dos hermanos como un acto de represión ilegal. Estos arrestos, realizados por civiles sin identificación, demuestran una táctica del gobierno para «descuartizar» al movimiento indígena, similar al intento histórico contra Túpac Katari.
En sus declaraciones, Evaliz Morales afirmó que el gobierno actual busca desmantelar el movimiento indígena y socavar sus derechos, reflejando una situación alarmante en la que, los derechos y la seguridad de los ciudadanos están en riesgo. También advirtió que el gobierno estaría intentando acabar con Evo Morales y reprimir cualquier protesta, aduciendo que estos actos son una amenaza directa al movimiento indígena.
Evaliz concluyó con un llamado a la resistencia y recordó las palabras históricas de Túpac Katari: «Volveremos y seremos millones». La situación, como ella expuso, plantea un ambiente de tensión donde el movimiento indígena y la oposición política se sienten amenazados, mientras las garantías para ejercer defensa legítima parecen limitadas. La denuncia ha encendido el debate sobre la situación de los derechos humanos y las libertades en Bolivia bajo la actual gobierno.