En medio de la peor crisis económica de los últimos 40 años, Bolivia se encuentra sumida en un caos político y social. La reciente reunión entre Zúñiga y Luis Arce en La Salle, donde supuestamente planificaron un autogolpe, ha generado más preguntas que respuestas.
El 24 de junio, Zúñiga hizo declaraciones que sacudieron al país, afirmando que el gobierno buscaba detener a Evo Morales e impedir su candidatura presidencial. Sorprendentemente, ni Luis Arce ni el ministro de defensa desmintieron estas declaraciones, lo que sugiere que aún es la posición oficial del gobierno.
La noción de un golpe de Estado de tres horas es absurda, especialmente a plena luz del día. Ver a los ministros paseando con los militares sin ser detenidos es igualmente increíble. Todo esto apunta a un show bien montado para levantar la popularidad de Luis Arce, pero ha tenido el efecto contrario. Incluso Zúñiga confirmó que el show fue para aumentar la popularidad de Arce, pero la realidad es que la confianza en su gobierno está en declive.
Las declaraciones ante la policía, que aún no han sido desmentidas, alimentan la teoría de que todo esto fue un montaje. Hasta el exvocero de Arce ha puesto en duda el supuesto golpe, sugiriendo que fue una obra de teatro para facilitar una reelección.
Con esta narrativa, Arce pretende seguir gobernando bajo la sombra de un supuesto golpe de Estado. Esta estrategia podría servir como excusa para reprimir a cualquier grupo que se manifieste contra su gobierno, ya sean choferes, maestros, médicos, campesinos u obreros. Este pretexto le permitiría justificar la represión mientras el país se hunde cada vez más en la crisis.
El gobierno, débil y económicamente inestable, enfrenta traiciones incluso de sus propios aliados. Zúñiga, quien supuestamente pactó con Arce, rompió el acuerdo poco después de su reunión en La Salle, dejando al gobierno aún más vulnerable.
Surgen más preguntas: ¿Declarará Arce en este juicio? ¿Lo harán el ministro de defensa o el ministro de gobierno? ¿Por qué la policía, que estaba a pocos pasos en el comando de la UTOP, no actuó? ¿El servicio de inteligencia está más enfocado en perseguir a dirigentes que en defender la patria?
La situación es alarmante, y el principal sospechoso en este drama parece ser Luis Arce Catacora. ¿Qué creen ustedes? ¿Estamos frente a una verdadera amenaza o a una maniobra política desesperada?