La semana inició con escenas de desesperación en los surtidores de combustible del eje central de Bolivia, donde conductores enfrentan largas filas en busca de gasolina y diésel.
Las ciudades de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba son las más afectadas, con filas que se extienden por kilómetros, reflejando la creciente frustración de la población.
La situación se complica aún más debido a la dependencia del transporte terrestre para el abastecimiento de combustibles, ya que los buques con suministros adicionales aún no han llegado al país.
El Gobierno y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) están trabajando para habilitar un mayor carguío nocturno y reforzar el personal de control para mitigar el problema.
Mientras tanto, los transportistas han advertido que podrían reactivar las medidas de protesta si no se soluciona pronto la falta de diésel.